Continúa el sura 3.- La Familia de Imran……………….
(160)
Si Allah os ayuda… no habrá quien pueda con vosotros, pero si os abandona… ¿Quién sino Él os ayudará?
En Allah se confían los creyentes.
(161)
Un profeta no puede cometer fraude.
Quien defraude se presentará el Día del Levantamiento cargando con lo que defraudó; luego a cada uno se le pagará cumplidamente lo que se haya ganado y no serán tratados injustamente.
(162)
¿Acaso quien busca lo que satisface a Allah es como el que incurre en la ira de Allah y tiene por morada Yahannam?
¡Qué mal lugar de retorno!.
(163)
Tienen (diferentes) grados ante a Allah. Allah ve lo que hacen.
(164)
Realmente Allah ha concedido una gracia a los creyentes al enviarles un Mensajero salido de ellos mismos que les recita Sus signos, los purifica y les enseña el Libro y la Sabiduría; ya que antes estaban en un extravío evidente.
(165)
¿Por qué cuando os sobrevino un revés, a pesar de que vosotros habíais causado el doble*, dijisteis: ¿A qué se debe esto?
Se debe a vosotros mismos; ciertamente Allah tiene poder sobre todas las cosas.
*[Los setenta muertos en la derrota de Uhud y los setenta muertos y los setenta prisioneros de la victoria de Badr.]
(166)
Y todo lo que os sobrevino el día en que se encontraron las dos tropas fue con permiso de Allah, para que Él supiera quiénes eran los creyentes
(167)
Y supiera quiénes eran hipócritas.
Se les dijo: Venid a combatir en el camino de Allah o a defender*; dijeron: Si supiéramos combatir, de verdad que os seguiríamos. Ese día estuvieron más cerca de la incredulidad que de la creencia, pues decían con la lengua lo que no estaba en sus corazones.
Y Allah sabe mejor lo que ocultaban.
*[Haciendo número con los creyentes o luchando, si no por Allah, al menos para defender sus propios intereses, sus familias y hacienda.]
(168)
Ellos son los que, habiéndose quedado sin hacer nada, dijeron a sus hermanos: Si nos hubieran hecho caso no les habrían matado.
Di: Si es verdad lo que decís, haceros inmunes a la muerte.
(169)
Y no deis por muertos a los que han sido matados en el camino de Allah; están vivos y reciben provisión junto a su Señor.
(170)
Contentos por lo que Allah les ha dado de Su favor y regocijándose por aquéllos que habrán de venir después y que aún no se les han unido, porque ésos no tendrán que temer ni se entristecerán.
(171)
Regocijándose por una gracia de Allah y un favor, y porque Allah no deja que se pierda la recompensa de los creyentes.
(172)
Los que respondieron a Allah y al Mensajero, a pesar de las heridas que sufrían, si hicieron el bien y se guardaron, tienen una enorme recompensa*.
*[Esta aleya y las siguientes, descendieron acerca de la batalla (gazwa) de hamrá al-asad. El día siguiente a Uhud, el mensajero de Allah, que Él le dé Su gracia y paz, llamó a los que habían tomado parte en la batalla para salir en busca de Abu Sufyán y su gente, con el fin de mostrar fuerza a pesar de la derrota y atemorizarlos. Los musulmanes que respondieron a esta llamada y a pesar de sus heridas, salieron en su compañía hasta llegar a un lugar cercano a Medina llamado hamrá al-asad, donde acamparon.
Por su parte Abu Sufyán, crecido por la victoria, había decidido volver a Medina y aniquilar definitivamente a los musulmanes, pero al recibir la noticia de que éstos habían salido en su busca, la cual le había llegado exagerada a través de un beduíno, de una tribu aliada de los musulmanes, sintió temor y decidió volver a Meca. En esto, se encontró con una caravana de comerciantes que se dirigían a Medina para abastecerse y les ofreció un cargamento determinado a cambio de entretener a los musulmanes. Cuando la caravana llegó a hamrá al-asad contaron que Abu Sufyán había reunido un gran ejército contra ellos, a lo que el Mensajero de Allah respondió: «Allah es Suficiente para nosotros, qué excelente Guardian».
Pasados tres días los musulmanes regresaron a Medina a salvo.]
(173)
Aquéllos a los que dijo la gente: Los hombres se han reunido contra vosotros, tenedles miedo.
Pero esto no hizo sino darles más fe y dijeron: ¡Allah es suficiente para nosotros, qué excelente Guardián!
(174)
Y regresaron* con una gracia de Allah y favor, ningún mal les había tocado. Siguieron lo que complace a Allah y Allah es Dueño de un favor inmenso.
*[De Badr]
(175)
Así es con vosotros el Shaytán, os atemoriza con sus amigos. Pero, si sois creyentes, no les temáis a ellos, temedme a Mí.
(176)
Y que no te entristezcan los que se precipitan a la incredulidad; ellos no perjudicarán a Allah en absoluto. Allah quiere que no tengan parte en la Última Vida. Tendrán un castigo inmenso.
(177)
Aquéllos que adquirieron la incredulidad a cambio de la creencia no perjudicarán a Allah en absoluto y tendrán un castigo doloroso.
(178)
Que no piensen los que se niegan a creer que el hecho de que les prolonguemos la vida es un bien para sus almas. Les concedemos este plazo para que aumenten en delito. Tendrán un castigo envilecedor.
(179)
Allah no va a dejar a los creyentes tal y como estáis, hasta que no distinga al malo del bueno; y Allah no os va a revelar el No-Visto. Sin embargo Allah elige de entre Sus mensajeros a quien quiere. Así pues, creed en Allah y en Sus mensajeros.
Y si creéis y sois temerosos, tendréis una inmensa recompensa.
(180)
Que aquéllos que retienen con avaricia el favor que Allah les ha concedido no piensen que eso es bueno para ellos; porque, por el contrario, es un mal.
Todo lo que escatimaron lo tendrán alrededor del cuello el Día del Levantamiento.
Y la herencia de los cielos y la tierra pertenece a Allah.
Allah conoce lo más recóndito de vuestras acciones.
(181)
Y así fue como Allah oyó la palabra de quienes dijeron: Allah es pobre y nosotros somos ricos.
Escribiremos lo que dijeron y que mataron a los profetas sin razón, y diremos: ¡Gustad el castigo del Hariq!*
*[Esta aleya descendió en relación a un grupo de judíos que cuando fueron reveladas las palabras: «¿Quién le ofrecerá a Allah un préstamo generoso?»
Reaccionaron diciendo: «Es el pobre el que pide préstamos al rico».]
(182)
Eso (será) por lo que sus manos hayan presentado y porque Allah no es en absoluto injusto con los siervos.
(183)
(Son) los que dijeron: Allah pactó con nosotros que no creyéramos en ningún mensajero hasta que no nos trajera una ofrenda que el fuego consumiera*.
Di: Antes de mí ya vinieron a vosotros mensajeros con las pruebas evidentes y con lo que habéis dicho. Si decís la verdad, ¿Por qué entonces los matasteis?
*[Cuando los judíos querían saber si una ofrenda era aceptada por Allah la depositaban en un lugar señalado y si bajaba un fuego del cielo que la consumía, era señal de aceptación.]
(184)
Y si dicen que mientes… Ya dijeron lo mismo de mensajeros anteriores a ti que habían venido con las pruebas evidentes, las Escrituras y el Libro luminoso.
(185)
Toda alma probará la muerte. Y el Día del Levantamiento se os pagará cumplidamente la retribución que os corresponda.
Quien sea alejado del Fuego e introducido en el Jardín, habrá triunfado. La vida de este mundo no es sino el disfrute engañoso de lo que se acaba.
(186)
Os pondremos a prueba en lo que afecta a vuestras riquezas y personas. Y por cierto que oiréis mucho mal por parte de los que recibieron el Libro antes que vosotros y por parte de los asociadores; pero si sois pacientes y teméis (a Allah), eso es parte de las cosas para las que se requiere determinación.
(187)
Y cuando Allah exigió el Compromiso a los que habían recibido el Libro: «Lo explicaréis claramente a los hombres y no lo ocultaréis»; pero ellos le dieron la espalda y lo vendieron a bajo precio.
¡Qué malo es lo que adquirieron!
(188)
No pienses que los que se regocijan por lo que han hecho y les gusta que se les alabe por lo que no han hecho, están a salvo del castigo, porque no lo están. Tendrán un castigo doloroso.
(189)
De Allah es la soberanía de los cielos y la tierra y Allah tiene poder sobre todas las cosas.
(190)
Es cierto que en la creación de los cielos y la tierra y en la sucesión del día y la noche, hay signos para los que saben reconocer la esencia de las cosas.
(191)
Los que recuerdan a Allah de pie, sentados y acostados y reflexionan sobre la creación de los cielos y la tierra: ¡Señor nuestro! No creaste todo esto en vano.
¡Gloria a Ti! Presérvanos del castigo del Fuego.
(192)
¡Señor nuestro! Es cierto que a quien pongas en el Fuego lo habrás degradado. Y no hay quien auxilie a los injustos.
(193)
¡Señor nuestro! Hemos oído a alguien que llamaba a creer: ¡Creed en vuestro Señor! Y hemos creído.
¡Señor nuestro! Perdónanos nuestras faltas, cubre nuestras malas acciones y llévanos, al morir, en compañía de los justos.
(194)
¡Señor nuestro! Danos lo que nos has prometido con Tus mensajeros y no nos desprecies el Día del Levantamiento; es cierto que Tú no faltas a lo prometido.
(195)
Y su Señor les responde: No dejaré que se pierda lo que haya hecho ninguno de vosotros, sea varón o hembra. Unos procedéis de otros.
Y a quienes emigraron, tuvieron que dejar sus casas, fueron perjudicados en Mi camino, combatieron y fueron matados, les cubriré sus malas acciones y los pondré en jardines por cuyo suelo corren los ríos como recompensa de parte de Allah. Y Allah tiene junto a Sí la «hermosa recompensa».
(196)
Que no te llame a engaño la libertad de movimientos* por el país de los que no creen.
*[Que les permite enriquecerse]
(197)
Es un disfrute exiguo y luego su morada será Yahannam.
¡Qué mal lecho!
(198)
Sin embargo los que teman a su Señor, tendrán jardines por cuyo suelo corren los ríos y en los que serán inmortales, como hospedaje que Allah les dará junto a Él.
Pero lo que hay junto Allah es mejor para los justos.
(199)
Entre la gente del Libro hay quien cree en Allah, así como en lo que se os ha hecho descender y en lo que se les hizo descender a ellos, son humildes ante Allah y no venden los signos de Allah a bajo precio.
Esos tendrán la recompensa que les corresponda ante su Señor; ciertamente Allah es Rápido en tomar cuenta de las acciones.
(200)
¡Vosotros que creéis! Sed pacientes, tened más aguante*, manteneos firmes* y temed a Allah para que podáis tener éxito*.
*[Que vuestros enemigos.]
*[Y alertas en las posiciones fronterizas preparados para salir a luchar.]
*[Otro sentido de esta aleya, complementario del anterior, es: Sed constantes (en vuestra Práctica de Adoración), tened más aguante (que vuestros enemigos) y manteneos firmes (en la adoración, asiduos a los lugares donde la practicáis).]
4. SURA DE LAS MUJERES
En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo.
(1)
¡Hombres! Temed a vuestro Señor que os creó a partir de un solo ser, creando de él a su pareja y generando a partir de ambos muchos hombres y mujeres.
Y temed a Allah, por Quien os pedís unos a otros*, y respetad los lazos de sangre. Realmente Allah os está observando.
* [Es decir, en nombre de Quien os pedís, o podéis pediros, unos a otros.]
(2)
Dad a los huérfanos* los bienes que sean suyos y no pongáis lo malo en lugar de lo bueno.
No os aprovechéis de sus bienes juntándolos a los vuestros, porque eso sería una grave injusticia.
* [Cuando hayan llegado a la pubertad.]
(3)
Y si teméis no ser justos con los huérfanos*… Casaos entonces, de entre las mujeres que sean buenas* para vosotros, con dos, tres o cuatro; pero si os teméis no ser equitativos… entonces con una sóla o las que posea vuestra diestra.
Esto se acerca más a que no os apartéis de la equidad.
*[Sobre esta aleya dijo Aisha, que Allah esté complacido con ella: «Descendió refiriéndose a ciertos tutores que pretendían casarse con huérfanas y perjudicarlas en sus dotes sirviéndose de su condición de tutores y es a ellos a los que se les dice: sed equitativos en sus dotes y quien tema no serlo, que se case con otras mujeres, lícitas o buenas para ellos, con las que sea más difícil incumplir».
Y dijo Ibn Abbas: «Los árabes se preocupaban de no abusar de los bienes de los huérfanos pero en cambio descuidaban la justicia entre sus mujeres y la aleya descendió refiriéndose a esto; es decir: al igual que os preocupáis de ser justos con los huérfanos, hacedlo también con las mujeres».]
* [Es decir, lícitas.]
(4)
Dad a las mujeres la dote correspondiente de buen grado, pero si renuncian voluntariamente a parte de ella en vuestro favor, disfrutadlo con provecho.
(5)
No deis a los incapaces la riqueza que Allah ha dispuesto para vuestro mantenimiento. Alimentadlos con ella, vestidlos y habladles con palabras convenientes.
(6)
Examinad a los huérfanos y cuando hayan alcanzado la edad del matrimonio, si encontráis en ellos sensatez y rectitud, entregadles sus bienes. No los malgastéis incurriendo en delito y adelantándoos a que se hagan mayores.
Él que sea rico que se abstenga de ellos, y el pobre que gaste según lo reconocido.
Y cuando les entreguéis sus bienes, pedidles que lo testifiquen.
Allah basta para tomar cuenta (de las acciones).
(7)
A los hombres les pertenece una parte de lo que dejen los padres y los parientes, y a las mujeres les pertenece una parte de lo que dejen los padres y los parientes sea poco o mucho. Es una parte preceptiva.
(8)
Y si en la partición están presentes parientes, huérfanos y pobres, dadles algo de ello como sustento y habladles con palabras convenientes.
(9)
Y que tengan* el mismo cuidado que tendrían si fueran a dejar tras de sí una descendencia débil*. Que teman a Allah y digan palabras acertadas.
* [Con los huérfanos.]
* [Hijos de corta edad.]
(10)
Es cierto que quienes se coman los bienes de los huérfanos injustamente, estarán llenando sus vientres de fuego y entrarán en un Fuego abrasador.
(11)
Allah os prescribe acerca de (la herencia de) vuestros hijos: al varón le corresponde la misma parte que a dos hembras.
Si éstas son dos o más mujeres, les corresponde dos tercios de lo que se deje, y si es una sola le corresponde la mitad.
Y a los padres les corresponde, a cada uno de ellos, un sexto de lo que deje si tiene algún hijo; pero si no tiene ninguno y son sus padres los herederos, entonces a su madre le corresponderá un tercio.
Y si tiene hermanos, a su madre le corresponde un sexto, una vez se hayan descontado los legados que deje* o las deudas.
Vuestros padres y vuestros hijos, no sabéis cual de ellos os beneficia más de cerca.
Es un precepto de Allah*, es cierto que Allah es Conocedor y Sabio.
* [En testamento.]
* [La forma de repartir la herencia.]
(12)
Y a vosotros os corresponde la mitad de lo que dejen vuestras esposas, si no tuvieran hijos; pero si los tuvieran, entonces os corresponde un cuarto de lo que dejen, una vez se haya cumplido cualquier legado que hayan dispuesto o el pago de alguna deuda.
Y a ellas les corresponde un cuarto de lo que dejéis si no tuvierais ningún hijo; pero si lo tuvierais, entonces una octava parte de lo que dejéis, una vez se hayan cumplido los legados que hayáis testado y pagado las deudas que tuvierais.
Y si un hombre o una mujer, de los que se puede heredar, muere y no tiene ni padres ni hijos, pero sí un hermano o hermana, entonces a cada uno le corresponde la sexta parte.
Y si fueran más, habrían de compartir un tercio; una vez cumplidos los legados que hubiera dispuesto y pagadas las deudas que tuviera, sin perjuicio de nadie.
Esto es un mandamiento de Allah, y Allah es Conocedor, Sabio.
(13)
Estos son los límites establecidos por Allah.
Quien obedezca a Allah y a Su mensajero, Él le hará entrar en jardines por cuyo suelo corren los ríos donde serán inmortales.
Ese es el gran triunfo.
(14)
Y quien desobedezca a Allah y a Su mensajero y traspase Sus límites, le hará entrar en un Fuego en el que será inmortal y tendrá un castigo denigrante.
(15)
Aquéllas de vuestras mujeres que se presenten con una indecencia*, buscad cuatro testigos de entre vosotros, y si dan testimonio contra ellas, retenedlas en las casas hasta que la muerte se las lleve o Allah les dé una salida.
* [La indecencia alude al adulterio. Esta aleya refiere el primer castigo que existió por adulterio al principio del Islam, hasta que, según algunos, fue abrogada por lo que se menciona en la aleya siguiente, que más tarde quedaría abrogado a su vez por la aleya 2 de la sura de La Luz. Otros dicen que el maltrato del que se habla en la aleya siguiente fue el primer juicio que luego sería abrogado por esta aleya. El Qadi Ibn al Arabi dice que el confinamiento en las casas se tuvo en cuenta al principio del Islam, antes de que se extendiera el número de los delitos, y cuando esto ocurrió, se adoptó la cárcel.]
(16)
Y a aquellos dos de vosotros* que la cometan, maltratadlos, pero si se arrepienten y se corrigen, dejadlos; es cierto que Allah acepta el arrepentimiento y es Compasivo.
*[Esta expresión puede referirse al hombre y a la mujer solteros, o a los hombres casados y a los hombres solteros]
(17)
Allah se compromete a aceptar el arrepentimiento sólo en favor de aquéllos que hacen el mal por ignorancia y luego, al poco, se vuelven atrás arrepentidos. A ésos Allah les devuelve Su favor; Allah es siempre Conocedor y Sabio.
(18)
Pero no se les aceptará el arrepentimiento a los que habiendo llevado a cabo malas acciones, cuando se les presente la muerte digan: «Ahora me arrepiento»; ni a los que mueran siendo incrédulos.
Para ésos hemos preparado un castigo doloroso.
(19)
¡Vosotros que creéis! No os está permitido heredar las mujeres por la fuerza ni que les pongáis impedimentos para llevaros parte de lo que les disteis*; excepto que hayan cometido un acto probado de indecencia. Convivid con ellas según lo reconocido y si os disgustan, tal vez os esté disgustando algo en lo que Allah ha puesto mucho bien.
*[Es decir que les impidáis casarse o las maltratéis para forzarlas a que os compren el divorcio dándoos sus dotes.
La opinión más fundamentada sobre esta aleya es la que hace alusión a la situación de la mujer en la época preislámica, la cual, al morir su marido, pasaba a depender de los parientes y allegados de éste que tenían derecho a casarse con ellas, sin respetar su voluntad ni darles dote alguna, o que incluso podían impedirles casarse. En este sentido la expresión «heredar» significa pasarse las mujeres de uno a otro. También alude a algunos hombres, que sin cumplir con sus obligaciones conyugales, retenían a las mujeres contra su voluntad y sin permitirles el divorcio, sólo para heredar de ellas]
(20)
Y si queréis cambiar de esposa* y le habéis dado una gran dote, no toméis nada de ello.
¿Seréis capaces de hacerlo con falsedad y cometiendo un delito evidente?
* [Divorciando a la que tenéis para casaros con otra]
(21)
¿Y cómo podríais hacerlo después de haber tenido intimidad el uno con el otro y habiendo recibido ellas un compromiso firme por vuestra parte?
(22)
Y no os caséis con aquéllas mujeres con las que vuestros padres hayan estado casados, con la excepción de lo que ya esté hecho.
Ciertamente es algo indecente y detestable, y un mal camino.
(23)
Se os prohiben vuestras madres, hijas, hermanas, tías paternas, tías maternas, las hijas de vuestro hermano, las hijas de vuestra hermana, vuestras madres de leche que os amamantaron, vuestras hermanas de leche, las madres de vuestras esposas y las hijastras que estén bajo vuestra protección*, que sean hijas de mujeres que hayáis tenido y con las que hayáis llegado a cohabitar, porque si son de mujeres que habéis tenido con las que no habéis cohabitado, entonces no hay inconveniente.
Y las esposas de vuestros hijos de sangre, así como que estéis casados con dos hermanas a un tiempo, a excepción de lo que ya esté hecho.
Es cierto que Allah es Perdonador y Compasivo.
* [La expresión, referida a las hijastras, «que estén bajo vuestra protección» no es una condición, es más bien una extensión enfática porque es lo normal.] |