Meca y Medina.
Shaykh Dr. Abdalqadir as-Sufi
Meca y Medina
El Corán esta dividido en dos elementos: suras de Meca y suras de Medina. Ayats revelados en Meca y ayats revelados en Medina.
La historia de Islam comienza en Meca y la conclusión del Din tiene lugar en la base de Medina. Su realización final es el Hayy sobre Meca desde la ciudad islámica de Medina. Este hayy de Sayidina Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz, y de sus Compañeros, es en realidad la culminación del fenómeno islámico, la coda a su vida sublime y espectacular. El Profeta, que Allah bendiga y le conceda paz, huye a Medina desde Meca, que es el lugar de las primeras revelaciones; establece Medina, y conquista Meca dirigiendo el hayy a Meca como Profeta y líder de la sociedad islámica.
Hay una tremenda interrelación entre la realidad de Meca y la realidad de Medina. Se podría decir que Meca es la ciudad de » la ilaha il-lal-lah «, y Medina, en cambio, es la ciudad de » Muhammadan Rasulul-lah «. Fíjate en el orden y la perfección de todo lo relacionado con Islam. Fíjate también en el continuo balance de los elementos contrarios: lo interno y lo externo.
En esencia, los ayats de Meca son de Haqiqa , de la realidad espiritual. Los ayats de Medina son la realidad política, shari’a . En los suras de Meca hay ayats de Medina y en los suras de Medina hay ayats de Meca. En una cosa está siempre escondido el principio opuesto. El periodo de Meca implica la vuelta hacia Medina; el fenómeno político perfecto de Medina implica el hayy , el hayy al final de la vida de Sayidina Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz.
Cuando Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz, tuvo que dejar Meca, le hizo una petición a Allah, diciendo: «Oh Allah, ya que me estás apartando de un lugar que yo amo, llévame ahora al lugar que tu amas». El lugar que Sayidina Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz, amaba, era el lugar de la casa de Allah. Y el lugar que Allah amaba, era el lugar de la casa de Su Profeta. De forma que Allah ama Medina, y Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz, ama Meca. ¡Extraordinario!
Meca tiene su adab y Medina tiene su adab . El adab de Meca se basa por completo en unos ritos obligatorios. El adab de Medina no tiene ritos obligatorios. Meca es parte del Din de Islam, y Medina no es parte del Din de Islam.
Cada una de las cosas que haces en Meca está prescrita, está detallada de forma matemática: por qué puerta entras en el Haram ; como haces tu primer tawaf al llegar; cuando vas andando y cuando vas corriendo; que piedra tocas y cual besas; cuantas veces vas alrededor de la Ka’aba ; que área se considera el Maqam de Ibrahim; adonde debes ir para beber el agua de Zam-Zam; dónde está Safa y Marwah, entre las cuales has de correr; en que partes del trayecto, entre Safa y Marwah, has de andar y en cuales has de correr. ¡Cada cosa en su sitio!
Y luego, dentro de esa compleja matemática, te puedes comportar básicamente como un loco. Puedes hacer tawaf todo el día y toda la noche, excepto en los momentos de efectuar las oraciones obligatorias. También puedes hacer salat a horas en las que no podrías hacerlo fuera del Haram de Meca. Puedes orar y orar; y dar vueltas a la casa, y puedes hacer una ‘Umrah tras otra. Puedes emborracharte, y puedes hacer siete grupos de siete tawaf , que se te escribirán como si fuera una ‘Umrah . Luego descubres que estas tan inspirado que dices: lo mejor es hacer otra ‘ Umrah y aumentar las cantidades. Puedes ir a la puerta de la casa de Allah y agarrarte al tejido negro que cubre la Ka’aba ; puedes suplicar y gritar, y caer llorando. En Meca puedes volverte loco de amor por Allah. Y todo, contenido dentro de los ritos obligatorios y necesarios.
Después te vas a Medina. Y allí no hay ningún rito de ninguna clase. En el preciso lugar del dador de la shari’a . Pero allí el adab es absolutamente meticuloso. En primer lugar, los rakats en la Mezquita; luego tienes que saludar a Sayidina Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz; tienes que saludar a Abu Bakr, que Allah esté complacido con él, debes saludar a Umar ibn al-Jatab, que Allah esté complacido con él; debes comportarte de forma impecable; debes tener modales perfectos y ningún tipo de superstición, ni de magia, ni andar tocando barandillas, etc. Allí estas lleno de una luz radiante. Estas lleno de paz. Lleno de paz. Allí te sientas con Sayidina Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz, igual que te sentaste frente a la Ka’aba saboreando el Hidrat ar-Rabbani, la presencia del Señorío. Y mientras estabas en el Haram , no apartaste nunca tus ojos de la casa de Allah, porque en el Haram te era permitido alzar tus ojos y mirar directamente a la casa, mientras que en cualquier otro lugar estás obligado a bajar la mirada durante la oración, no pudiendo alzar los ojos. De forma que contemplas la casa de Allah que está presente en lo sensorial, frente a ti, y pruebas el Hadrat ar-Rabbani , la presencia del Señorío.
Y luego vas a Medina. En Meca podías ver la casa del Señor, pero Sayidina Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz, yace oculto en Medina. La puerta hacia él es tu amor, al igual que la puerta al Hadrat ar-Rabbani era tu éxtasis y tu perplejidad. La puerta al Profeta, que Allah bendiga y le conceda paz, es tu amor y tu claridad. Todo está claro en Medina. Es mediante tu comportamiento correcto, tu devoción, el hacer todo lo que a él le gustaba: la oración, mucha oración; recitación de Corán; levantarse por la noche; hacer rakats por la noche. Allí está esperándote su luz. Y cuando uno se quede dormido entre las oraciones o en medio de una oración, o se duerme entre la oración de Tahayud y la oración del alba, entonces el Profeta, que Allah bendiga y le conceda paz, abre su puerta y le dice: «¡Ven, bienvenido seas!¡Siéntate conmigo!¡Siéntate con mis compañeros!…» Esto lo cuentan innumerables Salihun y Saddiqun que aman al Allah y a Su Profeta. Nadie, excepto Allah, podrá saber jamás cuántos millones de peregrinos ( hayys ) han tenido esta experiencia en Medina.
Esto crea un lazo tal entre la gente, que les hace reconocerse mutuamente cuando se encuentran. Del mismo modo que los materialistas, los masones, se reconocen uno a otro por secretos apretones de manos, la gente que se mantiene en la compañía de Sayidina Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz, se reconocen por una luz abierta. ¡De forma inmediata! Sin necesidad de decir nada. Estando en Karachi, fui a una madrasa , una madrasa islámica. El director apareció en la puerta de su oficina. En medio había un jardín con césped del tamaño de esta mezquita. Me vio y, alzando sus brazos, comenzó a correr. Y yo alcé mis brazos y comencé a correr. Y nos abrazamos. ¡Nunca nos habíamos visto ni sabíamos nada uno del otro! Y los dos estábamos llorando. Y dijo él: «Si supieran lo que tenemos, intentarían robárnoslo.»
Cuando llegas a Medina, hay un lugar donde sentarte. Cuando llegas a la Ka’aba puedes sentarte en cualquier parte: detrás de una columna, en las escaleras, en cualquier lugar desde el que puedas ver la casa. No importa donde. En cambio, cuando vas a Medina todo está delineado. Hay dos áreas: la de su tumba y la de su Mimbad . Rasul, que Allah bendiga y le conceda paz, había dicho: «Entre mi tumba y mi Mimbad hay un Jardín del paraíso». El Mimbad es el lugar donde se dicen las alocuciones de los viernes, los jutwa .
El otro lugar es un espacio rectangular, un poco elevado, que era donde estaba el sofa de Sayidina Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz. Ahí era donde se sentaba su gente predilectaza. Los que estaban entregados por completo al dhikr de Allah. Los que habían abandonado por completo la direccion de sus asuntos y lo habían confiado a Allah. Y que eran Mesqin .
El Profeta, que Allah bendiga y le conceda paz, les daba allí cobijo; allí les enseñaba y allí les daba de comer con sus propias y benditas manos.
Y hoy en día, esta gente aún se sienta en ese lugar. Por supuesto que no todo el mundo que se sienta ahí es una de ellos. El mundo no es así, pero si tú eres una de esas personas que le conocen y le aman, reconocerás a los demás. Ese es su cuartel general. Ese es su centro principal. Ese es su punto de reunión. Pertenecen a cualquier parte del mundo, pero tarde o temprano y uno a uno, todos se sientan en ese minúsculo rectángulo.
Todos van a Meca, millones van a Meca. Y todos se unen en un punto: todos besan la piedra negra. Pero son anónimos, porque es un acto secreto. Porque la cita en ese lugar y el beso a la piedra negra son secretos. Donde tus labios han estado, han estado los labios de Sayidina Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz, y han estado los labios de Sayidina Ibrahim, que Allah le bendiga. Desde aquel entonces hasta este momento. ¿Te das cuenta de lo asombroso del caso? ¡Es extraordinario! ¡Que Din más increíble! ¿Entiendes esto? Es algo espectacular: todos besando un mismo punto. Es un secreto entre Allah y tú.
Y mientras tanto, en Medina, está ese pequeño rectángulo que es público. Sabes quién se sienta en él, quien se ha sentado y quien se sentará. ¿Puedes ver la oposición? En cada elemento, Meca y Medina.
La mejor hora para estar en Meca es por la noche. Bajo la luna. La hora mejor para estar en Medina es a la luz del día.
Esto es Islam. Equilibrio entre Meca y Medina. El Corán: equilibrio entre Meca y Medina. Entre shari’a y haqiqa. Shari’a = Medina. Haqiqa = Meca. Lo interno y lo externo. El secreto de lo externo es lo interno y el secreto de lo interno es lo externo.
Esto es donde os habéis metido. Esto es Islam. Es: » ash-hadu an la ilaha il-lal-lah , wahs-hadu anna Muhammadan Rasulul-lahl «. Confirmo que no hay mas divinidad que Allah y que Muhammad es el Mensajero de Allah. Y Sayidina Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz, es aquel de tal forma elevado, que su nombre aparece junto al Nombre de Allah, Glorificado y Exaltado Sea. Así que, ten cuidado con los shaitanes que dicen que el Profeta es «simplemente» un Mensajero. «Simplemente» el que entregó el mensaje. No tiene nada de «simple». Él es el primero en la creación. El mejor de la creación. Es la cumbre de la situación humana. Y tu propio secreto.
Dirígete entonces hacia el amor por Sayidina Muhammad, que Allah bendiga y le conceda paz, a fin de obtener los beneficios de la casa de Allah.
El único lugar para el hombre de Allah está entre Meca y Medina. Pero nunca está completamente en paz con ellas, porque cuando está en Meca anhela Medina, y cuando llega a Medina esta le hace anhelar Meca. ¡Gloria a Allah!